Interactuar con el cocodrilo

¿Por qué una persona elige a uno de los mayores depredadores del mundo para cuidarlos en cautividad? es una pregunta que francamente no tiene una buena respuesta.
Para mí la respuesta solo se encuentra en que es pura fascinación y admiración. Simplemente me encanta el hecho de que cada día de mi vida tengo la oportunidad de interactuar con una reliquia viviente como el cocodrilo. ¡Qué privilegio! Algunos no pueden verlo de esta manera pero yo sí.



Aunque yo, quizás veo a los cocodrilos también como parte de mi familia, me alegro con los nacimientos y me entristezco con la pérdida de alguno de ellos. Todos los días cuando llego al parque de cocodrilos de Torremolinos hago el control de ellos para asegurarme de que siguen ilesos después de la noche. Este examen matutino forma parte de mi rutina diaria como tomarme el café después de comer. He leído y estudiado sobre los cocodrilos, he visto vídeos sobre ellos y trabajo en un negocio (Crocodile Park Torremolinos) que se centra en estos animales. Mi interés por estos reptiles me ha llevado a mi profesión actual. Cuando uno cuida un cocodrilo a largo plazo tiene con el animal ese nivel de intimidad que hace que se noten los pequeños y muchas veces imperceptibles comportamientos y detalles que de otro modo se perderían. Estos pequeños matices son los que permiten a un cuidador comprender realmente a los animales que mantiene. Por supuesto que tengo que reconocer que el carácter y la personalidad varía de un ejemplar a otro.
Siempre me alegro cuando me preguntan ¿Qué tiene de fascinante cuidar a los cocodrilos si siempre están como dormidos? En mi mente está siempre presente que son unos animales con fuerte personalidad que nunca podremos llegar a domesticar, aunque sí que llegan a reconocernos. Las críticas son correctas en cierta medida pero, entonces ¿por qué son fascinantes? Con los cocodrilos no es tan simple como parece. Ellos son los maestros de la sutileza.
En resumen, la experiencia es impresionante, a menudo agotadora, fascinante, aterradora, peligrosa, estimulante, pero, eso sí, especial. Un día cualquiera puede ser una combinación de todo lo anterior, pero nunca es aburrido.
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